Realidad o ficción

Esta es la última vez que escribo sobre esto. Acusaciones:

  • Deslealtad
  • Repudio o abandono
  • Olvido temprano
  • Sustitución igualmente temprana
  • Ergo, no me querías tanto como decías
  • Ergo, mentiroso

Ahí es nada. Escaso fundamento para tan terribles cargos. Ninguno de estos asuntos es ni la milésima parte de sólido que la nave Enterprise, la Federación, los viajes más rápidos que la luz, los Klingon o los Borg, que son lo más peligroso de un universo que NO EXISTE. Los mismos ríos de tinta digital que uno puede soltar en un blog. Solamente el autor sabe si son verdad, mentira o pichí pichá. Nadie más puede erigirse en policía, juez, fiscal o verdugo sin contrastar esos hechos con una cosa gris que llaman REALIDAD. Los delitos cometidos en las redes sociales no te llevan a la cárcel porque NO SON REALES.

Lo que sí ocurrió DE VERDAD es que me harté de que me juzgases por algo que jamás ocurrió. Puede ser que me esperen cien años de soledad, o puede que ya tenga otra persona en mi vida. No vas a saberlo consultando mis redes sociales. Forman parte, eventualmente, de una NOVELA como la de García Márquez quien, en realidad, vivía con su familia donde coño sea, y no en Macondo, que NO EXISTE.

Todo perdonado, todo olvidado, ningún rencor, pero ninguna intención. El camino de la reconciliación no pasa por acusar, reprochar o mostrar a la audiencia que soy un cabrón injusto. Cuéntaselo a tus palmeros, porque yo no voy a hacerlo. Cada día pierdo menos tiempo en las redes sociales. Tal vez, si hubieras estado más en la realidad y menos en el telefonito, te habrías dado cuenta de que me perdías, cada día un poquito, cada rato peor.

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