Cada día tiene su afán

Sugerencia de escritura del día
Cuéntanos alguna ocasión en la que no actuaste, pero te arrepientes de no haberlo hecho. ¿Qué habrías hecho de otra forma?

Cierto que no actué. Pero ningún arrepentimiento corre por la pelota de corcho que llevo sobre los hombros. Dicen que cada día tiene su afán.

Recién divorciado me convertí en un weekend standard father. Mi hija pequeña tenía siete u ocho años. Ahora pasa de los dieciocho y es difícil saber en qué continente está. Ojalá que se encuentre bien.

El caso es que fui a recoger a mis retoños y, a la vuelta, tenía que hacer una compra para que tuviéramos algo que llevarnos a la boca durante el fin de semana. Pues allí, en el parking del hipermercado, me pregunta desde su automóvil una señorita. No recuerdo qué necesitaba. Contesté lo mejor que pude. El foco de mi atención volvió rápidamente a mis hijas, no se fuera a despistar alguna.

En eso, mi pequeñaja me tira de la manga y dice «Papá, dile algo, que es guapísima». Estaba mucho más atenta que yo a mis necesidades afectivas. Fui sincero: «Gracias, hijita, pero papá no está ahora para festejos…»

Cada momento tiene sus retos. En mi casa de divorciado, tan ricamente, sin dar cuentas a nadie de lo que hago o digo, con el único ruido de mis enanas un fin de semana de cada dos.

Como para meterse en líos, por guapísima que sea y por buena prescriptora que considere a mi hija.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.