A más no poder

Ya no recordaba lo que se siente estando enamorado. Mi vida es un Abrázame permanente. Si, como lo oyen, Julio Iglesias pero sin los millones.

«Abrázame / y no me digas nada / solo abrázame… «

Se pueden imaginar el contraste de mis sentimientos con la mesa -llena de levantadores de ladrillos- al mediodía. Bota va, porrón viene. Pero me hago el recio, el mar al mejor precio, y sirvo otro plato de calamares a la romana al centro de la mesa. ¿Se acuerdan de los dos comensales adheridos ayer? Pues hoy han venido de nuevo, con dos bolsas llenas de cosas que han comprado en el Carrefú. Dicen que muy bien que no acepte dinerrro, pero que acepte los ingredientes porrr favorrr para no sentirse como carrrra durrrra. Me parece fenomenal.

De verdad que pensaba que te irías. Figuradamente, porque todavía no tenemos confianza para que vengas a mi casa a ver este panorama. Mejor así, no me vayas a tomar por loco. Reconozco que esto es un poquito inusual, pero es sano, gracioso y bueno para hacer salir al ser humano que llevo dentro. Y además te veo -en mis sueños- pasándolo genial en este ambiente. Alguno pregunta si somos así todos los españoles. Uno que es de aquí le dice que no, que hay de todo. Otro, bien grande, es de Ucrania. Dice que en su tierra la gente también comparte lo que tiene, aunque sea poco. Yo me estoy dejando el sueldo del mes para hacer la compra, pero lo hago con ganas.

Me aporta mucho lo que trae la vida sin haberlo pedido. Y yo que pensaba que me iba a aburrir. Esta primavera me está encantando. La pena es que, algún día, se terminará la obra, se me acabará el dinero y todos tendrán que buscar otro tajo. Al final tendré que abrir un restaurante porque estos no se van a ir fácilmente. Mira que dije que me apetecía viajar. Supongo que lo haré, dejando un buen trozo de mi corazón por aquí, a la vista, para que sepan todos que pronto estaré de vuelta. Aprenderé a hacer platos del mundo, para elevar un poquito mi nivel culinario. Quién me ha visto y quién me ve, viviendo a más no poder y haciendo cosas que nunca imaginé.

Entre tanto, el de Ucrania ha levantado mi nevera con una mano y se la lleva al otro lado de la casa porque va a alicatar la cocina. Es -la nevera- una bestia de dos puertas, no se crean que se trata de un frigorífico normal. No sé lo que pesa, pero la instalaron entre tres personas, lo recuerdo bien. Podría estar contando historias todo el día, pero voy a dejar algo para mañana. Es que tengo los pimientos en la lumbre, no se me vayan a quemar. Otro pregunta qué es eso. Le cuento que se llama vermú, y que es parecido al vino. Hay que beber poquita cantidad de este brebaje si se quiere seguir en pie el resto de la tarde. Asiente, prueba y pone cara de que está bueno. Va en busca de más azulejos, que al grandullón hay que darle los materiales a toda velocidad. Es un máquina. La lavadora sigue el mismo camino de su hermana la nevera. Parece que es de paja, por el movimiento que lleva.

La vida sigue.

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