Qué suerte tengo. Me pongo un rato delante de la TV, sintonizo un canal al azar y voy tomando nota de la publicidad que aparece.
- Frasco de colonia de cien pavos anunciado por una guapísima que pone cara de te voy a empotrar.
- Automóvil eléctrico con una oferta irresistible y un uso diario casi imposible.
- Conjunto de ropa interior femenina super picante.
- Pomada de cannabis, para los dolores, igualmente picante.
- Relación lésbica basada en el amor verdadero que ni se compra ni se vende.
- Cuenta remunerada que regala televisor o tablet si le vendes tu alma al diablo y llevas tres amigos.
- Abuela piloto que sale despavorida a buscar una lata de fabada para servirla en el restaurante.
- Musical de los ochenta. Ni idea.
- Otra colonia. Ah, no. Eau de Parfum.
- Otro coche.
- Más colonia. A la Theron no se le ven las tetas por un pelito. Qué bien calculada la salida del agua.
- Seguro que baja el precio.
- Estreñida que no sé lo que anuncia.
- Vacas que dan leche.
- Supermercado en el que todo es más barato.
- Portal inmobiliario que ofrece un gestor.
- Cosa para los ojos femeninos que hace no sé qué con tus pestañas.
- Otra leche.
- Miedo a que te roben que se disipa con una alarma.
- Menopausia que por lo visto hay que hablarlo.
- Tres por dos no sé dónde.
- Quesos que prometen llevarte a Holanda.
- Zapatos que entran sin hacer fuerza.
Ya tengo una larga lista de cosas que no voy a comprar. Y lo que queda. Me voy a ahorrar una pasta gansa. Conste que lo he dejado por aburrimiento. Los anuncios siguen.