No estáis solas

No estáis solas.

Somos inmensa mayoría los que no nos quedamos mirando cómo unos energúmenos os agreden, os faltan al respeto y pisotean vuestra dignidad.

Los que respetamos y apoyamos vuestro derecho a ser libres y estar seguras. Libertad y seguridad que son para todos, sin excepción. Y sin que el género, el ánimo, el color de la piel, el contenido de alcohol en sangre o la reacción frente a la agresión supongan menoscabo de derechos.

Los que estamos hartos de la parte cavernícola y retrógrada del poder. Sobre todo del poder judicial, que tendría que abanderar los principios de igualdad ante la ley y de protección al débil frente al abuso del fuerte.

Los que tenemos pendiente una revolución, y terminaremos haciéndola si las cosas siguen yendo por este camino.

Los que sentimos vergüenza AJENA por esa forma prehistórica de actuar, que tendría que estar más que superada.

Los que creemos que, por encima de todo, una negativa es una negativa. Sin excusas, sin paliativos, sin matices y sin atenuantes. Te dicen que no, y te das la vuelta y te vas. Dejas en paz a quien no quiere cuentas contigo. Sin importar lo que ha ocurrido tres minutos antes. O dos. O uno.

Ni nos identificamos con esa escoria humana, ni actuamos como ella ni la justificamos.

Ni pedimos perdón por algo a lo que nos oponemos con todas nuestras fuerzas.