Y este cura no es mi padre (II)

1. Arbitrariedad. Votar es dar un cheque en blanco para cuatro años. Se suben el sueldo como si fueran altos directivos de empresas muy rentables. Sin responsabilidad en su gestión. Su rendición de cuentas es una burla.

2. Servilismo. Postrados de rodillas ante el tío Sam. Obligados a comprar cada vez más armas si no queremos que nos traigan la guerra a casa. El tío Vladimiro funciona exactamente igual.

3. Inmediatez. Eso que dicen de la dopamina y la serotonina. Todo compulsivo, nada meditado. Lo quiero, y lo quiero ya.

4. Desesperanza. Pasó de moda lo de «trabaja duro para labrarte un porvenir». Un atajo. Algo que me permita prosperar sin esfuerzo. Total, no va a servir para nada…

5. Perplejidad. ¿Cómo puede ser un convencido de la extrema derecha uno que lleva mil años viviendo de subvenciones?

6. Manipulación. Miente con persistencia y lo habrás convertido en verdad.

7. Codicia. La enfermedad del ricachón. Puede vivir cien vidas con lo que tiene. Quiere más.

8. Vagancia. Ver apartados anteriores.

9. Desinterés. Se encoge de hombros. No entiende de eso. Será que no le afecta.

10. Envidia. La santa patrona. La reina del consumo, del aparentar, del burro grande, ande o no ande.

Estos diez mandamientos se encierran en dos:

  • El bipartidismo nos esclaviza.
  • Europa mira para otro lado. Solo les motiva la playa y la sangría. Para cualquier otra cosa nos dieron por perdidos hace mil años.

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